​​​​​​​​​

Las cooperativas juveniles son hoy más que nunca una necesidad para la juventud puertorriqueña.  Estas proveen un espacio vital para el desarrollo y crecimiento integrado en el proceso de formación personal y ciudadana.

 
Estas instituciones juveniles son talleres para la práctica cooperativa.  En ellas los jóvenes son el eje central de todas sus actividades; viven experiencias que estimulan su creatividad, capacidad y potencial de liderazgo.  Además aprenden a resolver sus problemas colectivamente y a trabajar hacia una​ meta común.

 
El proceso educativo que se desarrollo en las cooperativas juveniles tiene entre sus objetivos  garantizar la continuidad del movimiento cooperativo puertorriqueño, y proveer el ambiente necesario para el proceso de enseñanza-aprendizaje de los valores del cooperativismo.  Este aprendizaje redundará en un mejoramiento de la calidad de vida de nuestro pueblo.

 
La Comisión de Desarrollo Cooperativo de Puerto Rico, el Departamento de Educación y la Liga de Cooperativa, unen esfuerzos para lograr el desarrollo del cooperativismo juvenil escolar.  La Ley Especial de Cooperativas Juveniles ley 220 del 29 de agosto de 2001, según enmendada, provee el vínculo integrador para que estas tres (3) dependencias laboren unidas hacia la consecución de la meta principal: granatizar la continuidad del movimiento cooperativo puerto rriqueño mediante la educación y formación de los jóvenes en líderes cooperativistas.